Vuelvo a escribir sobre mi mismo después de tanto tiempo y ademas por primera vez en este medio. Mi situación actual no me permite expresar mis sentimientos de ninguna otra forma. No cuento con seres cercanos que escuchen, mucho menos que entiendan. Tampoco tengo el dinero para pagarle a un terapeuta de calidad, y mis compañeros de carrera no se encuentran tampoco en capacidad de ayudarme.
Llevo librando esta batalla con mi propia psique desde la infancia, y aunque considero que he avanzado en algunas cosas la realidad es que sigo estancado en lo mismo. Son esas típicas cosas que salen a la luz en terapia pero aun así nunca descubrí una forma definitiva para atacarlas. Recuerdo aquella definición de la personalidad INFJ que subrayaba lo siguiente: La vida no es fácil para un INFJ. ¿Una generalización fatalista? Es posible, pero con mi caso personal de cumple. ¿Que significa una vida difícil? Pues he aprendido que para cada individuo es distinto, algunos consideran que otros la tienen mas fácil o menos, usualmente la propia siempre es la peor. Una de mis actividades predilectas es escuchar las razones de miseria de aquellos que me rodean, mi sentido me permite comparar pero siempre le doy importancia a sus sentimientos, me parezcan o no ridículos o causa de la propia estupidez. Para muchos mi situación también parecerá estúpida, por eso me limito a expresarla por este medio donde el sonido de mis palabras no causara dolor en los oídos de nadie. Claro esta que también me evitare la seguida critica destructiva que sigue cada especial ocasión donde por propia estupidez decido expresarme. Pues, debido a mi rara y compleja personalidad, siempre escucho y valoro el sufrimiento ajeno, mas importante aun lo entiendo. Conmigo, puedo asegurar que jamas ha sido así. Por eso, continuare con mi escritura.
Me encuentro en un momento confuso, estático y gris. El medio donde vivo me provoca eternas interrogantes y contradicciones internas que no me dejan de atormentar ni en vigilia ni en sueño. Tiene algún sentido todo eso? Que estoy haciendo con mi vida? Soy acaso un malagradecido bueno para nada? Soy acaso solo un enfermo mental? Merezco realmente ser feliz? Que es para mi la felicidad? Esta ultima interrogante no la se contestar todavía.
El no poder haber resuelto mi problema con mi figura paterna y materna me pesa enormemente. Aun después de un año de terapia siento que lo único que logre fue descubrir que estaba peor de lo que pensaba. La habilidad de reprimir el sufrimiento me sigue maravillando hasta el día de hoy. Creo que es la esencia de la existencia humana.
Mi padre, esa figura que fue misteriosa para mi durante casi toda la vida, se ha revelado hace unos pocos años para sorprenderme con su mezquindad y patética vida. Irónicamente, las rabietas de mi madre que me decían que tenia todo lo malo de mi padre parecen ser ciertas. Al menos le da sentido a mis propias contradicciones, puede ser una excusa mediocre para mis propios errores. Lamentablemente, soy demasiado auto flagelante para usar esa simple excusa para sentirme mejor.
Por otro lado, mi figura paterna superyoica inexistente aveces cobra forma física en mi hermano mayor, figura casi tan misteriosa como mi padre. Mi relación con el es parasitaria, de dependencia. Me alimento de su lastima hacia mi mas que de su afecto. No lo culpo, entiendo el gran peso que conlleva el tomar la responsabilidad ajena, mas aun la de un patético adulto como yo. Igualmente, no puedo evitar proyectar mis carencias de la infancia sobre su figura esa ocasión anual en la que visita mi país. Ese día tan especial en el que mi imagen ficticia de progreso se derrumba a pedazos con su brutal y honesta observación: "No estás haciendo un coño". Como un niño buscando el reconocimiento de su padre, expongo mis paupérrimos avances personales, internos y subjetivos que al ser medidos con la regla del mundo real dan un valor de 0, por no decir negativo. Mis logros académicos, que aveces trato de señalar para obtener una silaba de reconocimiento siempre terminan siendo opacados por mis humanos errores, que como siempre tienen un peso mayor a todo esfuerzo positivo. Siempre ha sido así en mi vida, desde la infancia. Un continuo rechazo.
Se termina la "conversación" y mi sentimiento de culpa se encuentra elevado a niveles olímpicos. Mi mente naturalmente depresiva y masoquista toma un grado un poco peor y me hace revivir una vez mas el rechazo de mis seres queridos al son de la frase: "No te hagas las victima". Esa es la frase detonante de mi consciencia, vuelvo a recordar mi posición y la imposibilidad de ser entendido. El adulto en mi vuelve en si y me hace recordar la definición de la estupidez, repetir lo mismo esperando un resultado distinto. Naturalmente, regreso a mi caparazón emocional, doy la razón al otro y me disculpo por mi estupidez y falta de sentido común, seguido de un poco mas de humillación publica. Me recuerdo a mi mismo que nunca seré capaz de ofrecerle algo que lo haga sentirse orgulloso. Después de todo, no es mi padre, solo lo es en mi inconsciente. Al pasar un tiempo, usualmente soy sorprendido con una muestra de afecto en forma de algún bien material. La reaccion normal de todo humano seria la felicidad y la alegría, la mía no es así. El sentimiento de culpa aumenta una vez mas, haciéndome sentir menos merecedor de la ayuda que me prestan. A la vez, me siento culpable de sentirme así, entendiendo que solo un imbécil puede ponerse triste por un regalo que puede pagar la comida de personas muriendo de hambre en mi propia ciudad. La muestra de afecto me humilla. Para variar, me siento como la peor mierda de las 31 dimensiones.
Y como si nada mi figura paterna simbólica se marcha otra vez, decepcionado. El recuerdo de mi psique fragmentada vuelve a mostrarse, como para que no me olvide de la situación. Regreso a mi reclusión habitual, interiorizo mis emociones y continuo con mi "vida". La insatisfacción con la vida sigue su normal rumbo. Es difícil cuando el triunfo no te genera felicidad pero el fracaso te humilla.
En fin, no es esto lo único que me aflige. Otro de mis grandes pesares sumado a la carencia afectiva es mi mínima satisfacción con mis actividades académicas. La psicología es para mi el único sentido de mi existencia en este momento, pero la academia no me causa felicidad. Me parece increíble como hablar de psicología en la escuela de psicología sea visto como anormal. Me parece surreal como el fútbol pueda ser un tema de conversación mas adecuado que la misma ciencia a la que supuestamente nos dedicamos. Me sorprende descubrir como la mayoría de mis compañeros tienen razones tan diversas para estudiar esta carrera, chistosamente pocas se relacionan con el ejercer como terapeutas o investigadores. Se reduce usualmente a producir dinero en una institución o a sacar un titulo solo por tenerlo. Me sorprende aun mas que el loco y el extraño sea yo, no ellos. Pues tienen razón, el "sentido común" del que mi hermano siempre me habla y dice que carezco se encuentra mucho mas desarrollado en ellos. ¿Es que quien en su sano juicio se dedicaría a descubrir el funcionamiento de la mente humana, el origen de la conciencia? ¿Quien en su sano juicio dedicaría su vida a estudiar para ayudar a los demás? Nadie en sano juicio. Debo recordarme otra vez que no tengo sentido común ni sano juicio. La forma superficial y sistemática con la que se me imparte la información me deja con una gran sed que pronto entendí que no saciare en la academia.
Pues, la academia me niega expresarme y ser yo mismo. Vuelvo a cometer el crimen de herejía una vez mas.
Aun así, me esfuerzo para aprobar mis cursos y obtener mi titulo de nobleza para algún día poder ejercer sin que la inquisición de la APA me queme en la hoguera. Me parece tan mediocre de mi parte que me cueste mas la carrera por mis propios problemas internos que por la dificultad de los cursos en la mayoría de los casos. El sentimiento de culpa permanece y se incrementa al mismo ritmo que mi infelicidad. Me siento culpable de ser infeliz. Entiendo el gran sacrificio que hace mi hermano por mi, y eso mas que cualquier otra cosa es lo que me permite seguir en pie. Es decir, es no decepcionar a los otros lo que realmente me hace vivir, por que siendo sincero yo no encuentro medios propios ni motivación para hacerlo. El espejismo de futuro psicólogo aveces se desvanece por las dudas y el futuro incierto de donde vivo.
Mi ultimo y gran pesar es la situación de mi país. Cada día que pasa se hunde cada vez mas en las profundidades del abismo y sus habitantes parecen no darse cuenta. Como INFJ con función Fe de gran importancia, el sufrimiento ajeno me afecta enormemente y me carcome al exponerme por largo tiempo. La empatia se mezcla con misántropia, al darme cuenta que la mayoría de los problemas no los causan entes externos al hombre. La causa principal de nuestra caída es nuestra propia estupidez y falta de visión. El presenciar directamente como el hombre abandona su consciencia para satisfacer sus instintos animales o ignorar los problemas es realmente difícil para un INFJ. El observar la injusticia, el egoísmo, la miseria, la suciedad y la ignorancia como cotidianidad es realmente abrumador. Me retiro a mi soledad para escapar de eso, para no presenciar el inevitable giro de la rueda del Samsara. Ver como un país con todas las posibilidades se hunde en el oscurantismo, el fanatismo y la barbarie demuestra una vez mas la incapacidad del espíritu humano. Leer a Schopenhauer, Hobbes y Buddha e identificar sus puntos de vista en tu propia experiencia es realmente desalentador.
Por suerte, tener Se como función inferior tiene algo positivo. Se me facilita mas ignorar la privación de bienes y la disminución de mi calidad de vida. Aun así me afecta enormemente no solo por mi mismo, me afecta por como afecta a los demás.
El advenimiento de la inminente perdición me atormenta, pero mas aun me tortura la idea de volver a nacer en este plano después de morir. La misericordia del Buddha me ha ayudado enormemente en estos tiempos de sufrimiento. Tristemente, debo aceptar que mis problemas mentales son demasiado fuertes todavía para poder alcanzar un nivel superior de consciencia. Espero poder trascender este circulo infinito al momento de mi muerte, aunque me creo muy incapaz para lograrlo.
Pues expreso aquí mis sentimientos que hoy en día se reducen a tormentos usualmente. Alivio mi soledad al plasmarlo en palabras, aunque nadie las escuche. Parece que al final soy solo un humano.